miércoles, 29 de abril de 2009

Pintor de nubes

Las nubes flotan tenues sobre el horizonte. Son galeones espumosos que sobrevuelan rasantes sobre la línea de mi vida. Son lo que yo quiera que sean, en ellas dibujo los rostros de los que están y de los que ya se fueron. Gigantes y enanos, muescas en mi culata, simples retazos de lo que fui, resumen de lo que ahora soy. Imagino un poema y sólo me sale prosa. Pinto sobre ellas tu rostro pero el viento, el muy cabrón, lo hace desaparecer… y lo vuelvo a dibujar, una vez más, con paciencia de artesano.

La línea del horizonte… ¿De mi horizonte?... ¿Eres tú? ¿Acaso eres tú, sin rima, sin el ritmo necesario, ese que no encuentro desde que te fuiste, latidos de mi corazón herido? ¿Qué fue lo que se nos perdió más allá de esa raya que supone el final del mar, justo debajo de las nubes de tu rostro? ¿Qué fue de ti, mi amor? Planeo como una gaviota errática sobre el mar embravecido de nuestra convivencia y no me reconozco. Atravieso como un kamikaze la nube de tu rostro y no hallo lágrimas, ni bendición, ni piedad. Sólo la soledad de un pintor de nubes que mira el mar, embobado, arrítmico, que, como siempre, vuela sin rumbo y demasiado bajo.