viernes, 11 de julio de 2008

Rutina implacable

Ricardo tiene la manía -persistente- de dejarse engañar por Aurora.

La pasada noche, después de una agradable cena con amigos, durante una sobremesa de confesiones al albur de las copas, se encontró con la certeza de frente: aquella mujer de aspecto resoluto y feroz carácter con la que estaba compartiendo su vida, no era la que él hubo creído. La realidad parpadeó por un instante, diáfana, de una evidencia hiriente y desesperada. En un instante, la inocencia impostada, el artificio de precario equilibrio que había sido su amor, bajó el telón y la obra que hasta entonces se había representado encima de aquel escenario que era su existencia compartida, acabó, sin más… aunque el aún no lo sabía, o quizás sí.

Se acomoda en el tren -siempre el mismo vagón, siempre a la misma hora, de lunes a viernes, camino del mismo trabajo, recorrido inquebrantable de rutina implacable - y su pensamiento se pierde a través de la ventanilla empañada de lluvia de mayo. Tras ella, borroso, se despliega un paisaje monótono de suburbio madrileño: la autopista atascada, al fondo; antenas sobre edificios monocordes, graffitis sobre muros semi derruidos, en primer plano… todo se jaspea entre esa mezcla de gris y ocre que son las riberas de la vía del tren de cercanías que une Parla con Madrid. Todo quiere ser lo mismo pero ya nada es igual para él, para Ricardo, que trae a su pensamiento, frente a aquel paisaje invisible -como invisible había sido, hasta el pasado sábado- la verdadera realidad de su amor.

-Tú sabes que yo siempre estaré a tu lado, que nunca te fallaré. Sabes que te quiero más que a nada en este mundo.

-¿Qué mundo? –se pregunta.

Las palabras de Aurora resuenan frescas en su memoria deshilachada. Se las había dicho tantas veces que había llegado a creerlas, se habían convertido en una letanía a la que aferrarse cuando ya no quedaba otra, cuando a Aurora se le escapaba algún ramalazo que hiciera palpable que él no le importaba lo más mínimo, que no era más que otra pieza de un puzzle que ella había ido construyendo en sus horas libres; pieza solitaria en mitad de una composición que nunca acabaría de comprender en su totalidad; hechos desechados, relegados hasta un estante de complicado acceso dentro de su memoria… por cobardía… por temor a que lo que allí pudiera encontrar desviara para siempre el cauce trazado, que es el que tiene que ser, que no puede ser otro.

Hasta la pasada noche, en la que una risa cruel reflejada en el rostro de Aurora, un comentario desafortunado que busca el absurdo lucimiento de la embriaguez, una mirada cómplice a otro que no es él, a otro que no es él, a otro que no es él…con el que era su compañero de trabajo, su amigo, acabó por desbordarlo; datos que anegan crueles su consciencia.

Ahora, frente a la ventanilla del tren, ha comenzado a colocar todos esos recuerdos abyectos, uno tras otro, y su propio puzzle ha terminado de cobrar forma.El cristal empañado sirve como base sobre la que ir completándolo, la lluvia fina lo enmarca. Puede ver la cara de la certeza, que le sonríe cruel y que muestra con su gesto que hasta este instante había estado huyendo de la evidencia.

Como una señal del cielo, suena el teléfono móvil y en la pantalla luminosa aparece el nombre de Aurora, que parpadea rítmico y sin emoción. Ricardo contesta con su voz apocada, apenas audible:

-¿Sí?

-¿Cariño?... no me esperes hoy a cenar que me ha surgido una reunión en el trabajo.

-¿Otra?... vale, no te preocupes

-Acuérdate de dar de cenar a los niños, puedes prepararles unos huevos fritos con patatas, que hace mucho que no los comen y a ti te salen de maravilla- y ríe hueca .

-Eso esta hecho, cielo, ya me encargo yo, tú levanta España.

-Bueno, casi seguro que llegaré tarde así que no hace falta que me esperes despierto.

-Vale, chao

-Chao

Son las nueve de la mañana y todo sigue igual que siempre… recorrido inquebrantable de rutina implacable.

12 comentarios:

Belén dijo...

Y la desgracia es que esa rutina es rutina para muchos y muchas veces...

Buen post

Besos

Coronel Kurtz dijo...

Por desgracia... para demasiados, Belén

Gracias y un beso

Anónimo dijo...

Es una delicia leer estos posts.
Saludos.

Gi dijo...

Me ví en ese bagón de ese tren. Algunas fichas de algunos puzzles son demoledoras, aún cuando el cuadro quede completo, lo que vemos es destrucción.
Hacía mucho que no pasaba, sigue siendo un placer

Anónimo dijo...

¡Qué pena que pase esto! Pero pasa más de lo creemos y queremos.

Muy, muy buen post.

Juan Pablo dijo...

QUE LOS CUMPLAS FELIIIZZZZZ!!!!!!!!

Te extraño amigo.
Un abrazo.

NoSurrender dijo...

Es difícil salir de las situaciones que nos hunden, precisamente porque nos pillan hundidos.

Un placer leerte, coronel.

Coronel Kurtz dijo...

Jinete y anónim@. Gracias por vuestros respectivos comentarios.

La Luz: Si es que no tengo perdón de Dios, que ni te comento ni ná. Conste que si me "picas" me prendo a esa iniciativa simultanea que tienes.

Juanpa, amigo, muchas gracias por acordarte. Es verdá.... ¡Hoy es mi cumpleeee! y el Jueves a celebrarlo con Bruce Springsteen. ¿Qué te parece el plan?.

Surrender. Es una rueda, jodida rueda de la vida. Un abrazo y a disfrutar el jueves hasta la última nota

Abrazos generales

Gi dijo...

Coronel: dos cosas: FELIZ CUMPLEEEE!!!!!!! un tirón de orejas desde aquí!!!! Que lo pases muy muy bien!
La otra cosa: SI te pico para la iniciativa simultánea, no tenía idea que te interesaría, y sería un honorazo, te lo digo en serio.
El viernes nos contás que tal estuvo Bruce...

Coronel Kurtz dijo...

Gracias, Luz. Haré la crónica del concierto y de sus consecuencias colaterales :)

Mándame un mail (lo tienes en el perfil) y me propones tema. Y al toro...

Un abrazo

Isabel chiara dijo...

Feliz cumple por lo que veo y feliz conciertazo.

La rutina es tan alienante que nos paraliza. La fuerza de la costumbre, parece.

Un placer también para mí recalar por aquí.

Coronel Kurtz dijo...

Gracias Isabel!

Un placer que te acerques.

Un beso