sábado, 16 de febrero de 2008

Des-variaciones


Veo muy poco la televisión. El hipnótico aparatuelo dejo de serlo para mí hace ya mucho tiempo. Las películas son insufribles con tanto corte publicitario, las series me aburren soberanamente, los reality shows me parecen un basurero de perdedores ansiosos por cobrar una fama (¿realmente importa?) tan instantánea como efímera, las noticias un entretenimiento para el vulgo revestido de aparente rigor, los programas del corazón entraña sangrante… en definitiva pura mierda compitiendo por ser la mejor mierda a la hora de sumar audiencia. Lo terrible del asunto es que haya audiencia, que haya gente que no se haya dado ya de baja del catodismo galopante, como hice yo hace tiempo, tanto tiempo que todavía hablo de tubos catódicos, que reiteren cada noche en su regodeo inmundo mientras se quejan con amargura. A dios rogando y con el mazo dando.

Pero no me voy a autoproclamar dechado de virtud incorruptible, abanderado de pureza. Yo también tengo momentos de debilidad, no vayan a creerse. Hoy por ejemplo, exhausto tras una extenuante semana, he caído derrotado en el sofá, he puesto el cerebro en “off” y el televisor en “on”. ¿Hay mejor lobotomía que un aparatuelo emitiendo un concurso como es “Tú si que vales”? Como suele suceder la trama televisiva iba por su lado y mi cerebro claudicado andaba a lo suyo.

Son las tantas de la mañana y la televisión ha acabado por conseguir que me exilie al ordenador, a una nueva página en blanco, a un nuevo intento por plasmar un pensamiento coherente… y veo que una vez más me estoy escapando por las ramas. Un relevante signo más de mi falta de concreción enfermiza. Sucede como cuando pongo la tele, una cosa me lleva a la otra y así…

La idea era hacer una reflexión sobre la enfermiza competitividad que existe en nuestra sociedad. De cómo la gente es capaz de ponerse en ridículo ante una audiencia de desconocidos, de como hacen insoportables colas de longitud imposible para participar en castings ridículos, de como hacen el ridículo en castings ante jueces insoportables revestidos de gravedad no sé muy bien en virtud de qué, de cómo hay gente que sólo es capaz de ver, en ese trocito de manzana envenenada que es la posible fama, la única salida a una vida vulgar sin darse cuenta de que la vida es vulgar porque ellos, a pesar de que luchen denodadamente por destacarse, por ser diferentes, son vulgares hasta el vómito, que son ellos las que la hacen vulgar y que en las grandes gestas no está la salida, que la salida está dentro de cada uno. Dentro de cada uno, en lo nimio, en lo aparentemente vulgar.

Más o menos era eso lo que venía pensando mi cerebro en “off” mientras mis ojos observaban el ridículo de algunos semejantes.

* De todo lo dicho quedan excluidos los señores de la foto que encabeza

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué voy a decirte yo, compañero, si hace más de año y medio decidí vivir sin televisión. Es una pena agotar nuestro escaso tiempo libre viendo programas de ese calibre (no sé de qué va pero me lo imagino).
Habría que pararse a pensar qué es producto de qué, si la televisión de la sociedad o al revés.
Quizá, con suerte, la gran victoria del Prime Time no sea más que el agotamiento producido por este ritmo de vida que nos ancla al sofá. Sería un consuelo.

Kurtz dijo...

Jafa: Es terrible que suene a excéntrico lo de vivir sin televisión, pero es así. Seguro que hay gente que te mira raro cuando lo dices.
Lo que es seguro es que es la mejor manera de des-engancharse definitivamente sin correr el peligro de ser abducido nuevamente. Lo mío es como el tabaco que lo intentas pero no lo consigues. Me recuerda al anuncio de "Déjelo poco a poco". O todo o nada, no hay más solución.

Lágrimas de Mar dijo...

yo no miro mucho la tele, pero el ordenador.....
:)

besos

lágrimas de mar

Anónimo dijo...

Sí coronel, me miran raro, y lo más triste es que algunos no se explican cómo se puede vivir sin tele. En fin. Entiendo que con pequeños en casa es más complicado eliminarla pero no me entra en la cabeza que alguien la considere un elemento imprescindible en la vida.
En mi caso, preferí eliminarla porque era incapaz de ser selectivo (algún programa hay que vale la pena). Como el tabaco, lo que tú dices, o todo o nada.

Miss.Burton dijo...

Yo no veo la tele, es mas, es como si fuera un objeto mas de decoración, pero si la aprovecho para ver dvds decentes, y que mi hija se vea sus pelis, eso sí. Algún día, como tu, cansada, y con el cerebro mareado, es decir, no apta para blogs, para centrarme en nada, pues sí la enciendo. Y muero, de verdad. Al minuto estoy con el cigarro y releyendo alguna cosa que tenga por casa interesante. Sí, así está el país.. así va...
Creo que deberían hacer un canal, sólo un canal, para gente normal. Sin cotilleos, pelis llenas de anuncios, gentuza que se mata por vivir un segundo de gloria renunciando a su dignidad.... sí, deberían hacer un canal decente, mientras, siempre nos quedan las pelis buenas, los libros, la música.... todo menos encender la tv.
Y sí, los Simpsons son la hostia. Faltaría mas¡¡¡
Un besazo¡

Coronel Kurtz dijo...

Lágrimas: bienvenida. El ordenador no sólo te permite también crear, ser interactivo, sino que además permite seleccionar mejor porque hay mayor rango de elección.

Jafa: Con el tiempo... que te miren raro es casi un halago. Ya os contaré una charla con un amigo en la que me llamó "marginal". Me hizo reflexionar... pero es otra historia.

Delirium: Por desgracia los canales de decentes son imposibles porque no generan audiencia suficiente y, la pasta es la pasta. Habría que estudiar detenidamente lo que tan acertadamente observa el amigo Jafa..."Habría que pararse a pensar qué es producto de qué, si la televisión de la sociedad o al revés."

Besos y abrazos

Mad Hatter dijo...

Desconectar con uno mismo para alcanzar una fama efímera para que otra gente, a su vez, desconecte mirando una pantalla. Realmente vivimos en una sociedad muy desconectada.

Germánico dijo...

En mi casa ya casi lo único que se ve en la televisión es la serie CSI, grabada el lunes y vista por trozos a lo largo de la semana desde la cama, y las películas de Disney, por eso de que el nene se entretiene con ellas mientras cena.

Entre la falta de tiempo y la de ganas, sumadas a que, como dices, hay muy poco que ver, la televisión se ha convertido en un ruido de fondo cuando está puesta y en un gran alivio cuando está apagada. Claro que, como dijo no sé cual de los múltiples sabios -quizás todos- "todo con moderación". Un poco de noticias por aquí, alguna serie aislada que destaque por entre la basura general, alguna peli suelta, algún documental de esos que hay que buscar con el mando y con el TP como un zoólogo de campo busca una rara especie de escarabajo en extinción en una selva tropical...a veces la tele tiene cosas buenas, pocas pero....vuelvo al refranero, y a algún sabio anónimo, "las buenas esencias en frascos pequeños".

Gi dijo...

Me pasa lo mismo que a vos y a muchos, según leo: cuando más quemado tengo el cerebro es cuando acudo a la tv para no pensar. En una época volvía de trabajar exhausta, física y psíquicamente, y me ponía el programa más estúpido que encontrase. Así ponía en off el cerebro, me estupidizaba para que descansaran mis neuronas.
También la descartaría de mi casa, si no fuera por las niñas, pero por suerte, tampoco toleran más que un rato la tele. Eso me alegra!!!!

Kurtz dijo...

Luz:
Yo a la mi hija se la tengo racionada . Quizás uno de los problemas resida en que la gente, precisamente harta de jornadas maratonianas de trabajo encuentran en la tele el camino más fácil para desenterderse de los hijos, para adormecerlos, sin darse cuenta que en el proceso los están idiotizando.
Una suerte lo de tus nenas que son ellas las que no toleran. No es fácil que se den cuenta que no sólo es una mierda sino que además en la mayoría aplastante de los casos, mentiras.

Kurtz dijo...

German... la gran ventaja del aparatuelo, así como de los teléfonos móviles, por poner otro ejemplo de esclavitud en nuestros días, es que se puede apagar.